El dinero que conocemos hoy en día ha tenido una gran evolución en el tiempo:
a) Todos sabemos que las sociedades más antiguas utilizaban el trueque como forma de intercambio. El trueque consiste en el intercambio de unos bienes por otros y constituye un gran paso adelante con respecto a un estado de autosuficiencia, ya que amplía el abanico de bienes y servicios a nuestra disposición. No obstante, como hemos dicho en el punto anterior, tiene la gran limitación de que exige la coincidencia de dos personas, cada una de las cuales tiene el bien que la otra desea intercambiar.
En una economía de trueque no existe ningún medio de cambio comúnmente aceptado, ya que los bienes se intercambian directamente por otros bienes, pero a medida que crece el volumen de intercambios sin la intermediación del dinero se frenan las posibilidades de la especialización y del progreso en una economía.
b) Cuando el comercio se extendió se puso de manifiesto la necesidad de establecer algunas materias u objetos que sirvieran para facilitar los intercambios y establecer el valor de los bienes (cereales, especias, sal, semillas…) Así surgió el dinero-mercancía, que es un bien que tiene el mismo valor como unidad monetaria que como mercancía. El dinero como medio de cambio apareció por primera vez en la historia en forma de mercancías de muy diverso tipo: ganado, aceite, sal, cobre, hierro, oro, plata, etcétera. Todas estas mercancías eran utilizadas como dinero al ser generalmente apreciadas por algún grupo social, por su alto valor de uso o por su escasez.
Para ser más prácticos y facilitar los intercambios, la mercancía elegida debía cumplir los requisitos que ya hemos comentado: no ser perecedera, ser fácil de transportar, divisible y almacenable. Estas características hicieron que los metales preciosos -oro, plata, cobre- se usaran como dinero.
El uso de los metales preciosos provocó nuevas situaciones, ya que los comerciantes se veían obligados a verificar que las monedas entregadas eran auténticas y no simples aleaciones de otros metales, así como que su peso era el establecido. De esta manera las instituciones iniciaron la emisión de monedas acuñadas: para tratar de garantizar su valor.
Los distintos Estados se dieron cuenta que el buen funcionamiento del sistema financiero pasaba por centralizar en un único emisor el control de la emisión del dinero. Así surgieron los llamados Bancos Centrales.
En las sociedades modernas existen muchos instrumentos que cumplen las funciones del dinero, tantos que en ocasiones resulta difícil distinguir si un cierto instrumento financiero es dinero o no. Además, la tecnología electrónica está impulsando la aparición continua de nuevos medios de pago, lo que dificulta aún más la tarea de medir la cantidad de dinero que circula por un país. En el punto 3.3.1. hablaremos de esa cantidad, llamada oferta monetaria.